miércoles, 2 de junio de 2010

INNOVANDO - EMOCIONANDO - REVOLUCIONANDO

Cuando definimos la innovación siempre nos ponemos de acuerdo en algo, en la palabra “cambio”. Cuando nos ponemos de acuerdo en lo del “cambio” empezamos con los tópicos “la reacción al cambio” “las personas somos reacias al cambio por naturaleza”, ….., todos a los que nos ha tocado dinamizar un cambio o simplemente cambiar una actitud sabemos de lo que hablamos.

En estos días revueltos en los que nadie sabe qué va a pasar o cómo va a ser el futuro, la capacidad de innovar y de adaptarse al cambio es clave para cualquier organización. Se nos habla de grandes cambios, cambios profundos sociales, económicos, en modelos de gestión, que parece van más en línea con la definición de revolución que con la definición de innovación.

Hasta aquí la teoría, todos la sabemos y todos la compartimos y además seguro que nos podemos poner de acuerdo con que ahora más que nunca hace falta captar el talento y preparar a las personas para ese futuro incierto, pero….. ¿es eso todo? …… sería relativamente sencillo ¿verdad?. La verdad es que hay algo más, me estoy acordando de Shackleton, ese explorador que se utiliza de ejemplo para el liderazgo (para que veas como te atiendo Aitziber...), los que no le conozcáis os aconsejo que busquéis sobre él en Internet, es una interesante historia.

No se qué nombre ponerle, igual no es necesario ni siquiera buscar uno, pero para conseguir una organización innovadora, por encima de personas con talento hace falta personas que emocionen, que consigan conectar emocionalmente con el resto de personas de la organización, conseguir ese proceso físico-químico que sólo se consigue con las emociones y que es capaz de mover hasta una montaña.

La historia ha dado múltiples líderes con conexión emocional, algunos de los más conocidos y mediáticos han sido asesinados (en cruces, por pistolas, ...), pero hay otros, los que se mueven a escala más pequeña, que también son capaces de generar pequeñas revoluciones (cambios radicales) y que la mayoría de las veces también se enfrentan con la incomprensión. Estos tipos de líderes son muy difíciles de encontrar y mucho más de sustituir porque en el movimiento de sustitución podemos generar heridas que sangren, somos emocionales.

Sería hipócrita por mi parte renegar del cambio, soy el responsable de innovación, pero no todos los cambios se pueden hacer igual, cada cambio hay que medirlo, valorarlo y planificarlo según sus características, es muy importante definir un exquisito proceso de gestión del cambio que tenga en cuenta también, las emociones de las personas.

He tenido suerte, he tenido la oportunidad de trabajar codo a codo con un líder al que he visto desde una inmensa sencillez conectar emocionalmente con las personas, iniciar procesos de cambio revolucionarios con el brillo de la ilusión multiplicado con los cristales de sus gafas, reconocer con la cercanía de su sonrisa a la vez que desbordaba creatividad en cada planteamiento. He tenido suerte porque además ha sido mucho más que trabajo.