viernes, 24 de diciembre de 2010

ZORIONAK ETA URTE BERRI ON

Geseende Kerfees en ‘n gelukkige nuwe jaar
Froehliche Weihnachten und ein gluckliches Neues Jahr!
I’D Miilad Said ous Sana Saida
Shenoraavor Nor Dari yev Pari Gaghand
Tezze Iliniz Yahsi Olsun
Shuvo Baro Din – Shuvo Nabo Barsho 
 Nedeleg laouen na bloav ezh mat
Vasel Koleda; Tchesti nova godina!
Bon nadal i feliç any nou!
Gong Tsok Sing Dan, Bing Ho Sun Hei
Sretan Bozic
Prejeme Vam Vesele Vanoce a stastny Novy Rok
Glaedelig Jul
Colo sana wintom tiebeen
Feliz Navidad y Prospero Año Nuevo
Gajan Kristnaskon
Rõõmsaid Jõulupühi
Joyeux Noël et Bonne Année!
Bon Nadal e Ano Novo
Kala Christougenna Kieftihismenos O Kenourios Chronos
Mele Kalikimaka
Shub Naya Baras
Vrolijk Kerstfeest en een Gelukkig Nieuwjaar!
Nollaig Shona Dhuit
Buon Natale e Felice Anno Nuovo
Shinnen omedeto. Kurisumasu Omedeto
Natale hilare et Annum Nuovo!
Boas Festas e um feliz Ano Novo
Sarbatori vesele
Pozdrevlyayu s prazdnikom Rozhdestva is Novim Godom
Krismas Njema Na Heri Za Mwaka Mpya
God Jul och Gott Nytt År
Zorionak eta Urte Berri On
Chuc Mung Giang Sinh – Chuc Mung Tan Nien


jueves, 16 de diciembre de 2010

APRENDIENDO A PENSAR


Me acaban de enseñar una pequeña historia sobre un premio nobel, seguro que es conocida por muchísima gente, pero no me he podido resistir a compartirla desde este blog:

Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y premio Nobel de Química en 1908, contaba la siguiente anécdota:

Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que éste afirmaba con rotundidad que su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo.

Leí la pregunta del examen y decía: "Demuestre cómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro".

El estudiante había respondido: "Lleva el barómetro a la azotea del edificio y átale una cuerda muy larga. Descuélgalo hasta la base del edificio, marca y mide. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio".

Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con la resolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente.

Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podría alterar el promedio de su año de estudios, obtener una nota más alta, y así certificar su alto nivel en física; pero la respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel.

Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seis minutos para que me respondiera la misma pregunta, pero esta vez con la advertencia de que en la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física.

Habían pasado cinco minutos y el estudiante no había escrito nada. Le pregunté si deseaba marcharse, pero me contestó que tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad era elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y le rogué que continuara."

En el minuto que le quedaba escribió la siguiente respuesta: Coge el barómetro y lánzalo al suelo desde la azotea del edificio, calcula el tiempo de caída con" un cronómetro. Después se aplica la formula altura = 0.5 por A por 12. Y así obtenemos la altura del edificio. En este punto le pregunté a mi colega si el estudiante se podía retirar. Le dio la nota más alta.

Tras abandonar el despacho, me reencontré con el estudiante y le pedí que me contara sus otras respuestas a la pregunta. Bueno, respondió, hay muchas maneras, por ejemplo, coges el barómetro en un día soleado y mides la altura del barómetro y la longitud de su sombra. Si medimos a continuación la longitud de la sombra del edificio y aplicamos una simple proporción, obtendremos también la altura del edificio.

Perfecto, le dije, ¿y de otra manera? Sí, contestó, este es un procedimiento muy básico para medir un edificio, pero también sirve. En este método, coges el barómetro y te sitúas en las escaleras del edificio en la planta baja. Según subes las escaleras, vas marcando la altura del barómetro y cuentas el número de marcas hasta la azotea. Multiplicas al final la altura del barómetro por el número de marcas que has hecho y ya tienes la altura. Este es un método muy directo.

Por supuesto, si lo que quiere es un procedimiento más sofisticado, puede atar el barómetro a una cuerda y moverlo como si fuera un péndulo. Si calculamos que cuando el barómetro está a la altura de la azotea la gravedad es cero y si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad al descender el barómetro en trayectoria circular al pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores, y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio.

En este mismo estilo de sistema, atas el barómetro a una cuerda y lo descuelgas desde la azotea a la calle. Usándolo como un péndulo puedes calcular la altura midiendo su periodo de presesión. En fin, concluyó, existen otras muchas maneras. Probablemente, la mejor sea coger el barómetro y golpear con él la puerta de la casa del conserje. Cuando abra, decirle: "Señor conserje, aquí tengo un bonito barómetro. Si usted me dice la altura de este edificio, se lo regalo". En este momento de la conversación, le pregunté si no conocía la respuesta convencional al problema (la diferencia de presión, marcada por un barómetro en das lugares diferentes, nos proporciona la diferencia de altura entre ambos lugares) evidentemente, dijo que la conocía, pero que durante sus estudios, sus profesores habían intentado enseñarle a pensar.

El estudiante se llamaba Niels Bohr, físico danés, premio Nóbel de Física en 1922, más conocido por ser el primero en proponer el modelo de átomo con protones y neutrones y los electrones que lo rodeaban. Fue fundamentalmente un innovador de la teoría cuantica.


jueves, 2 de diciembre de 2010

PLAN DE CREATIVIDAD

El proceso de innovación está en marcha, ya hemos empezado a "perseguir" a las ideas, no para que se escondan sino todo lo contrario, para que salgan de todas partes. Nuestro proceso tiene dos apartados: la vigilancia de lo que se hace en diferentes ámbitos (el tecnológico, el metodológico, en la gestión, ....) y el desarrollo creativo de las personas de MARISTAK (a eso le llamamos el plan de creatividad).

El plan de creatividad de este curso 2010-2011 ha empezado con una formación a cargo de Izinker. Esta semana hemos estado trabajando la creatividad durante dos días sobre el reto de aumentar la ilusión de las personas que forman MARISTAK de DURANGO. En la primera sesión Fernando Alonso nos contó una pequeña historia ligada con los patrones, más bien se trata de un experimento donde se demuestra que muchos de nuestros comportamientos habría que revisarlos.

El experimento se desarrollaba en 3 fases: En una primera fase, los investigadores colocaron a 6 monos en una jaula con el suelo electrizado. En un momento determinado, se abría una pequeña puerta que dejaba un plátano a su alcance. Cuando alguno de los animales se acercaba para cogerlo, se administraba una pequeña descarga eléctrica a través del suelo a todos los monos. Esto se repitió varias veces hasta que ninguno de los monos se atrevió a coger el plátano. Después se trasladó a los monos a una jaula sin el suelo electrizado. No obstante, cuando se abría la pequeña puerta, ninguno de los monos iba a cogerel plátano. Al contrario, se miraban recelosos.

Hasta aquí el resultado es el mismo que en cualquier estudio de condicionamiento: cuando un estímulo (el plátano) se asocia a una consecuencia (la descarga eléctrica), el estímulo continúa desencadenando la conducta adaptativa (no intentar coger al plátano)incluso cuado la consecuencia ya no se produce. Lo interesante es lo que sucede a partir de aquí. En la segunda fase los investigadores reemplazaron a uno de los monos por otro que no había participado en la primera fase del experimento. En cuanto aparecía el plátano, el nuevo mono se disponía a cogerlo, pero al instante, los otros cinco, se abalanzaban sobre el y le pegaban con bastante fiereza. El nuevo mono intentaba coger el plátano un par de veces más, pero como cada vez recibía el mismo castigo, acabó por desistir. A continuación se reemplazó a otro de los monos originales por otro. El recién llegado también intentó coger el plátano y, por supesto, fué golpeado por los demás ¡incluso por el mono que había llegado inmediatamente antes que él y que nunca había recibido la descarga eléctrica!.

Así continuó el experimento, reemplazando uno a uno los monos que habían estado en la primera jaula, hasta que no quedó ninguno de los originales. Llegados a este punto, en la tercera y última fase ingresó un último mono. Cuando se dirigió a coger el plátano, los demás monos le golpearon con la misma fiereza con la que ellos habían sido castigados; sin embargo, ninguno sabía siquiera porqué.

Que cada cual extraiga sus conclusiones.....