martes, 5 de mayo de 2009

Aprender y compartir haciendo (1ª parte)

Entre el 27 y 29 de abril tuve la ocasión de compartir las fórmulas de aprendizaje activo y colaborativo con las que estamos trabajando en Maristak de Durango, con un excelente grupo de profesionales de la educación pertenecientes a CONEDSI. Durante 3 días pude comprobar sus ánimos para probar y analizar estas dinámicas en el aula. Lo más difícil, como siempre, es probar lo diferente, el miedo a que te puedas equivocar y en este caso hay muchas posibilidades de “equivocarse”, o mejor dicho, de encontrarnos con situaciones que nos las teníamos del todo atadas. Ese es el momento en el que nosotros, como profesionales, empezamos a aprender, aprender de las situaciones que no contemplábamos y que tras analizarlas nos dan aprendizaje para afrontarlas a futuro. Ayer tuve una reunión muy interesante con Julian Izaga, director del centro de investigación metalúrgica Azterlan, y comentaba que del éxito, como mucho se disfruta, del fracaso se aprende. Cuando el profesor ostenta el rol activo, todo gira alrededor de una programación y la impartición de la misma, lo tenemos todo preparado, controlado y temporalizado antes de entrar al aula y somos nosotros los ejecutores de la misma, con lo cual el riesgo a “fallar” se minimiza bastante. Cuando trasladamos el rol activo al alumno, somos nosotros los que preparamos ciertos planteamientos, pero no todos los alumnos, ni todos los grupos tienen porque responder igual ante un mismo planteamiento, lo que origina momentos de caos que no estaban previstos y de los cuales podemos aprender para posteriores ocasiones.

Os invito a ver este pequeño video basado en el libro de quien se ha llevado mi queso. Al final de la semana (o el fin de semana) el siguiente capítulo de aprender haciendo.


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